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La Lucha en torno al Tiempo de Trabajo

Daniel Ximenez Sáez
En "Comunicacion Derecho de Todos", Documento del Primer Encuentro Regional de Sindicatos Telefonicos, Secretaria de Prensa FOETRA Buenos Aires, 1992.

"El Tiempo no quiere que lo marquen
-dijo el Sombrerero-. Si usted fuera
amiga del Tiempo, haría con el reloj
todo lo que a usted se le antojase".
("Alicia en el País de la Maravillas"
de Lewis Carroll).

El Tiempo de Trabajo.

El tiempo de trabajo fue y es un motivo de disputa permanente entre trabajadores y empresarios. Es uno de los aspectos fundamentales de las relaciones laborales, en general, y de la actual reconversión industrial, en particular.

En relación al tema del tiempo de trabajo debemos diferenciar lo que se refiere a la duración del mismo, y lo relativo a su organización.


La Duración del Tiempo de Trabajo.

En cuanto a la duración podemos considerar la cantidad de horas por día, semana, año, etc..

Aquí entra el tema de la Jornada Máxima Legal de Trabajo (también llamada Jornada Normal de Trabajo). Ella consiste en una cantidad determinada de horas por día, mas allá de las cuales, el trabajador no tiene obligación legal de trabajar, y, en el caso de estar dispuesto a hacerlo, debe recibir una remuneración especial. A las horas de trabajo que exceden la Jornada Máxima Legal de Trabajo se las denomina, generalmente, horas extras o extraordinarias.

Los trabajadores han logrado ir reduciendo, a lo largo de la Historia, la duración de la Jornada Máxima de Trabajo. Ya sea por medio de la fijación de un límite cada vez más bajo de horas por día o por semana, como por el logro de días pagos no trabajados durante el año: vacaciones, licencias, feriados, etc.. Actualmente, en la mayoría de los países, la Jornada Máxima Legal es de 8 horas. Sin embargo, a causa de la crisis, en muchas partes, y especialmente en nuestros países, los trabajadores son empujados a trabajar mucho más de 8 horas por día para poder reunir un ingreso que cubra mínimamente sus necesidades. Esto se concreta por dos vías: por el recurso permanente a la horas extras y por el doble (y hasta triple) empleo ... si es que se consigue.


La Organización del Tiempo de Trabajo.

Aquí nos referimos a las distintas formas en que se puede organizar el tiempo de trabajo: horario contínuo, cortado, trabajo por turnos rotativos, turnos diagramados, part-time, trabajo compartido, contratos de obra, diurno o nocturno, etc.

Este aspecto es muy importante. No importa sólo cuánto tiempo se trabaja sino cómo se utiliza ese tiempo. En Alemania, el sindicato metalúrgico (IGMetall) conquistó la reducción de la jornada de trabajo a 35 horas semanales. Sin embargo, al dejar librada la organización de la utilización de esas horas a la negociación por empresas, esa conquista fue desvirtuada en la práctica. En efecto, en muchos casos se aceptó que las empresas determinaran cómo se usarían el total de horas del año. Ahora esas empresas distribuyen esas horas según sus necesidades coyunturales: así hay períodos en que se trabaja 35 horas semanales o menos, pero hay otros en los que se trabaja mucho más. Eso implica un desgaste mayor que encima no se paga como horas extras. Además, se anuló el efecto buscado de combatir la desocupación, ya que las empresas cuando quieren mayor producción utilizan más intensivamente al personal permanente (el cual es supuestamente compensado con menos horas de trabajo en los períodos de baja producción), sin necesidad de contratar nuevos trabajadores.


La Jornada de Trabajo.

Veamos como se compone la jornada de trabajo.

Cual es el límite máximo posible de la jornada laboral ?. El límite máximo posible esta dado por la capacidad física del trabajador. Hay un limite físico -biológico- que está mas allá de la voluntad del trabajador ... y de la del empresario, para su pesar. Nadie puede trabajar mas de lo que el cuerpo le da.

Por otro lado, la jornada tiene una parte mínima que llamaremos tiempo necesario. Esa parte es la que ocupa el obrero en producir las mercancías que el empresario utiliza para cubrir el salario del obrero. Todo lo que el obrero produce de ahí en adelante queda para el empresario. Cuanto mas se extienda ese trabajo adicional mayor serán las ganancias.

Esto nos permite establecer la duración mínima de la jornada laboral. Ningún empresario puede aceptar, obviamente, que los empleados trabajen menos del tiempo necesario como para cubrir, por lo menos, sus salarios. Acá, el límite esta determinado por una razón económica, de rentabilidad.

Para ilustrar esta idea imaginemos el caso (simplificado) de un obrero de una industria de producción en serie:

Salario por día (8 horas)..........................$ 30.-

(Produce por hora: 60 unidades)

Si cada pieza vale $ 0,50, 60 son.................$ 30.-

Con lo que produce en 1 hora de trabajo, cubre su salario.

Lo producido en las 7 horas restantes, va para la empresa.


Se puede decir que este obrero trabaja una hora para él y 7 horas para la empresa. Si la empresa logra prolongar el tiempo de trabajo, aumenta la parte de la producción que queda para ella.

Pero la empresa puede recurrir, también, a un procedimiento indirecto para aumentar la parte que se apropia: reducir el tiempo que el obrero utiliza para cubrir su salario, logrando que produzca más por hora. Eso lo puede alcanzar aumentando la intensidad del trabajo (mayor ritmo y esfuerzo) o incrementando la productividad del trabajo (mediante innovaciones tecnológicas).


Importancia del Tiempo para el Trabajador.

Desde que existe el trabajo asalariado, una de las principales preocupaciones del capitalista, y sus gerentes, ha sido el tiempo de trabajo. Desde el momento que contrata a un trabajador, la expectativa del empresario es sacar el mayor provecho posible de la fuerza de trabajo que ha comprado. Eso significa, en primer lugar, hacer trabajar al obrero la mayor cantidad de tiempo posible. Cada minuto que logre prolongar la jornada de trabajo significará un aumento de sus ganancias.

Para el trabajador, el tiempo de trabajo es, también, muy importante. Se puede decir que, después de la remuneración, es el aspecto de las condiciones de trabajo que tiene mas repercusión sobre su vida.

El número de horas de trabajo, y la forma en que se distribuyen, afectan no sólo la calidad de su vida laboral sino de su vida en general. Afectan su salud física y mental, su seguridad en el trabajo, y el desgaste de su organismo. Determinan el tiempo disponible para la familia y la vida social, la educación, el esparcimiento, y la recreación. Afectan la posibilidad de proteger sus derechos gremiales y políticos, en tanto pueda o no dedicar tiempo a la militancia y a informarse adecuadamente.


La Lucha por el Tiempo: Ganancias versus Vida.

Vimos cuales eran los limites mínimo y máximo de la jornada laboral. Entre uno y otro se establecerá la duración concreta de la misma, y ésta dependerá de la lucha y la relación de fuerza existente, en cada momento y lugar, entre empresarios y trabajadores. El límite de la Jornada Normal de Trabajo es un límite determinado socialmente , no depende de consideraciones "técnicas", sino de la lucha entre empresarios y trabajadores.

En todas partes se reconoce hoy la necesidad de una legislación que regule el tiempo de trabajo. Actualmente, en la mayoría de los países, la duración de la Jornada Normal de Trabajo es de 8 horas. Pero no siempre fue así.

Desde los orígenes del capitalismo, y en particular durante el siglo pasado y a principios del presente, la limitación legal del tiempo de trabajo fue motivo de duros debates y enfrentamientos. Los primeros esfuerzos se concentraron en la protección de los niños y las mujeres, y la limitación legal referida a los adultos fue siempre violentamente resistida por los empresarios. Para los sindicatos, la jornada de 12 horas, primero, la de 10 horas después, y finalmente la de 8 horas, fueron consideradas reivindicaciones vitales asociadas con la dignidad del trabajador. Su conquista y defensa permanente demandaron siempre grandes luchas y sacrificios.


La Disputa Sobre el Control del Proceso de Trabajo.

En la disputa por el tiempo, uno de los secretos para acumular fuerza estará en el control sobre el proceso de trabajo.

Cuando la producción se basaba principalmente en el saber artesanal, el obrero de oficio podía controlar los tiempos de labor. La presión del empresario para apurar el ritmo de trabajo era exterior al proceso de trabajo, dentro del mismo el obrero era el "dueño" del tiempo. En esa etapa, al empresario le convenía la remuneración a destajo. Como no controlaba el ritmo, lo apuraba con el dinero: "tanto produce, tanto cobra". Cuando lograron inventar máquinas y métodos de trabajo que les permitieron tener un mayor control real -interno- sobre el proceso de trabajo (y por lo tanto sobre los tiempos), se impuso el pago salarial fijo por tiempo.

En algunos casos, al principio, fueron los propios trabajadores quienes reclamaron formas de control del tiempo. No abundaban los relojes, entonces exigieron que la hora de salida se anunciara en base a las campanadas del reloj de la plaza o de la estación del tren. Como en el cuento de Lewis Carroll los patrones se creían amigos de tiempo y trataban de hacer con el reloj lo que se les antojase. Así, muchos empresarios "robaban" el tiempo de los obreros mediante engaños: cinco minutos en el almuerzo, otros tantos en los descansos, otros a la salida, y así iban sumando unos cuantos minutos, que multiplicados por miles de obreros significaban, al cabo del año, muchos días de producción no pactados ni remunerados.

Después, cuando los trabajadores lograron limitar estos abusos, fue el propio empresario quien comenzó a introducir sistemas cada vez mas estrictos de control sobre los tiempos: en la entrada, a la salida, en los descansos... así nacieron algunas de las armas de esta guerra por el tiempo: el cronómetro, el reloj marcador de tarjetas, hasta los modernos sistemas computarizados con tarjetas magnéticas, etc..


La Intensificación del Trabajo y la Productividad.

A medida que los trabajadores fueron impidiendo los abusos y lograron imponer la reducción de la jornada de trabajo con igual salario, los empresarios buscaron aumentar sus ganancias mediante la intensificación del trabajo. Si no podían aumentar el tiempo, intentaban aumentar el ritmo y el esfuerzo de los empleados para producir más en el mismo tiempo.

Esa búsqueda explica, también, la incorporación progresiva de máquinas que aumentaban la productividad, es decir, aumentaban la producción pero en base a mayor capacidad del instrumento de trabajo. Claro que estas innovaciones tecnológicas no significaron, necesariamente, mejoras en las condiciones de trabajo. Como el empresario intenta siempre sacar ventajas de todos lados, sacó provecho de las posibilidades que le brindaba la nueva máquina, manteniendo sobre el trabajador las mismas exigencias de ritmo y esfuerzo que antes. Si eso superaba sus necesidades de producción, lo que hacía siempre era reducir el número de trabajadores, y no el tiempo de trabajo. Quedaban menos obreros produciendo más, pero trabajando tanto como antes. Las mejoras que consiguieron los asalariados en sus condiciones de labor fueron el fruto de su lucha, nunca fueron un regalo de las máquinas ni de sus dueños


El Tiempo y la Reconversión Empresaria.

Esas viejas aspiraciones y estrategias patronales están presentes en la actual reconversión industrial, aunque, a veces, bajo formas nuevas. Hoy, nuevamente, el objetivo central de los empresarios es sacar el mayor provecho del tiempo de trabajo.
Veamos algunas de las iniciativas que implementan para tratar de alcanzar ese objetivo:

* En el Plano de la Duración del Tiempo de Trabajo.

En algunos casos han procurado prolongar la jornada de trabajo. Por ejemplo, en gremios que habían conquistado una jornada menor a la normal del país. Es el caso de las empresas telefónicas en nuestro país, quienes, además, plantearon establecer el horario cortado con el fin de eliminar la pausa para comer y aumentar el tiempo de trabajo efectivo.

Mediante el recurso de las horas extras, prolongan, de hecho, la duración de la jornada normal de trabajo, ya que el salario por 8 horas no cubre las necesidades mínimas del trabajador y su familia.

Por diversas vías, intentan achicar los tiempos destinados a comidas, descansos, para cambiarse, para preparar los elementos de trabajo, etc.. Una forma consiste en cambiar de lugar el reloj de marcar sacándolo de la entrada del vestuario y colocándolo en la entrada del lugar de trabajo; otras veces pretenden que los elementos de trabajo se preparen antes de que empiece la jornada de labor.

Buscan aumentar la cantidad de tiempo trabajado en el año, eliminando días de licencia, feriados y acortando las vacaciones. Una forma es definir la duración de las vacaciones en base a días corridos, en lugar de laborables, para ahorrarse los feriados que caen durante el período de vacaciones.

Aplican medidas (premios y castigos varios) para reducir el ausentismo. Reducir el porcentaje normal de ausentismo permite, además, reducir la cantidad de empleados.

Aumentan y tecnifican las formas de control de entrada, salida, de las ausencias por enfermedad, de las comidas, etc..

* En el Plano de la Organización del Tiempo de Trabajo.

Impulsan formas varias de trabajo a tiempo flexible: contratos por tiempo a aplicar en tareas eventuales y discontinuas, trabajo part-time, trabajo compartido, etc..

Intentan la vuelta al trabajo nocturno de las mujeres.

Buscan, por distintos medios, reducir los tiempos improductivos (mal llamados "tiempos muertos"). La ya famosa polivalencia es uno de esos medios. Para reducir el tiempo en que las máquinas están paradas por averías, por ejemplo, plantean que el operario debe realizar también tareas de mantenimiento preventivo y reparaciones menores. Con ello le ocupan al operario el tiempo que antes no trabajaba mientras esperaba al mecánico. Otro medio son los nuevos sistemas de clasificación con categorías mas amplias (recategorización) que les permiten asignar con mayor libertad nuevas tareas a operarios que por cualquier razón no pueden realizar su labor habitual, evitando que permanezcan inactivos.

Las nuevas tecnologías informatizadas, además de ser usadas por las empresas para aprovechar en forma mucho más intensiva el tiempo de trabajo (aumentan el ritmo, la productividad y el control, reduciendo el tiempo que el trabajador necesita para "pagar" su salario), son usadas para justificar "por razones técnicas" la vuelta a jornadas de 24 y hasta 36 horas ininterrumpidas. Tal es el caso de muchos operadores de computadoras en los llamados Centros de Cómputos.

Tratan de imponer nuevas y discrecionales formas de asignar el descanso semanal y las vacaciones anuales. Muchas de las mas sentidas aspiraciones de los empresarios son contempladas en el último proyecto de ley de Reforma Laboral presentado por el Poder Ejecutivo a consideración del Parlamento en nuestro país. Allí se los autoriza a organizar el tiempo de trabajo sin descanso los sabados ni domingos durante varias semanas seguidas. También se les permite otorgar las vacaciones anuales en cualquier epoca del año y fraccionadas. En otra parte se autoriza a los patrones a prolongar la jornada diaria hasta en 12 horas sin pago de horas extras. Como vemos, en nuestro país los empresarios parece que consiguieron "hacerse amigos del Tiempo."

Mientras tanto, a nivel sindical o en el puesto de trabajo, la lucha en torno al tiempo continúa todos los días, con ruido o en silencio, pero sin pausa ni tregua.