ELArgentino

Por Daniel Ximenez

Poder y deber

07-10-09 / 

Otra reunión sin resultados. Otra oportunidad perdida. Los despedidos siguen despedidos, los delegados sin entrar en la fábrica. Dicen que la empresa ofreció reincorporar a otros 20 despedidos. No entendemos cuál es su juego. Esto no parece una negociación sobre la base de razones, sino un regateo con un solo fin: que una parte de los despedidos no pueda regresar. Y si ése es el objetivo, sólo pueden haber dos razones, ambas inadmisibles: la empresa quiere reducir personal (y el conflicto es un pretexto), o lo que busca es castigar al personal por haber osado ejercer sus derechos.
Según Kraft, los despedidos cometieron faltas graves como para ser despedidos con causa y sin indemnización. Entonces, ¿por qué ahora podrían volver algunos pero otros no?
No seamos ingenuos. La empresa esta ganando tiempo para terminar esta pulseada con trabajadores despedidos y delegados procesados. Lo que le interesa es imponer su autoridad.
El tiempo corre a favor de la estrategia de los gerentes "rompesindicatos". O se impone la autoridad soberana del Estado, de la ley y la Justicia, o se impone el autoritarismo de la empresa. Los sindicatos pueden y deben pasar de las declaraciones a los hechos. En este trance, por encima de todo, están en juego derechos fundamentales de los trabajadores. El Gobierno llama a respetar la ley pero el ministro Tomada puede y debe hacer mucho más. 

Daniel Ximenez
Sociólogo



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