Poder y deber
07-10-09 /
Otra
reunión sin resultados. Otra oportunidad perdida. Los despedidos siguen
despedidos, los delegados sin entrar en la fábrica. Dicen que la
empresa ofreció reincorporar a otros 20 despedidos. No entendemos cuál
es su juego. Esto no parece una negociación sobre la base de razones,
sino un regateo con un solo fin: que una parte de los despedidos no
pueda regresar. Y si ése es el objetivo, sólo pueden haber dos razones,
ambas inadmisibles: la empresa quiere reducir personal (y el conflicto
es un pretexto), o lo que busca es castigar al personal por haber osado
ejercer sus derechos.
Según Kraft, los despedidos cometieron faltas graves como para ser
despedidos con causa y sin indemnización. Entonces, ¿por qué ahora
podrían volver algunos pero otros no?
No seamos ingenuos. La empresa esta ganando tiempo para terminar esta
pulseada con trabajadores despedidos y delegados procesados. Lo que le
interesa es imponer su autoridad.
El tiempo corre a favor de la estrategia de los gerentes
"rompesindicatos". O se impone la autoridad soberana del Estado, de la
ley y la Justicia, o se impone el autoritarismo de la empresa. Los
sindicatos pueden y deben pasar de las declaraciones a los hechos. En
este trance, por encima de todo, están en juego derechos fundamentales
de los trabajadores. El Gobierno llama a respetar la ley pero el
ministro Tomada puede y debe hacer mucho más.
Daniel Ximenez
Sociólogo
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